La hipertensión arterial, también conocida como tensión arterial o presión arterial, se ha destacado como una enfermedad crónica, a la cual se le distingue como la fuerza ejercida contra las paredes de los vasos (arterias) a medida que el corazón bombea sangre al cuerpo. Cuanto más alta es la tensión, es más el esfuerzo que tiene que realizar el corazón para bombear sangre. La hipertensión es un trastorno que afecta a una gran parte de la población y es causa, aproximadamente, de todas las defunciones cerebrovasculares o cardiopatía. Por ese motivo, cuanto más alta es la presión arterial, mayor es el riesgo de daño al corazón y a los vasos sanguíneos de órganos principales como el cerebro y los riñones. No es una enfermedad curable, pero sí, en medida de lo posible, tratable para seguir un ritmo de vida normal.
Esta enfermedad se determina por medio de un aparato especial llamado baumanómetro, en la actualidad se han hecho modificaciones en este equipo médico para realizar la toma de manera más sencilla. Este instrumento determina las lecturas de la presión arterial que generalmente se puntualiza con dos números: el número superior se denomina presión arterial sistólica; el número inferior se llama presión arterial diastólica. Por ejemplo, 120 sobre 80 (escrito como 120/80 mmHg).
La lectura se determina en tres categorías:
- Presión arterial normal: cuando es menor a 120/80 mm Hg la mayoría de las veces.
- Presión arterial elevada: es cuando uno o ambos números de la presión arterial son de 120 y 129 mm Hg y una presión diastólica por debajo de 80 mm Hg.
- Hipertensión etapa 1: es una presión sistólica entre 130 y 139 mmHg o una presión diastólica de 80 a 89 mm Hg.
- Hipertensión etapa 2: se considera un punto crítico, es una presión sistólica de 140 mmHg o mayor, o una presión diastólica de 90 mmHg o mayor.
Causas:
Se ha considerado que uno de los factores más destacados son el sobrepeso y la obesidad, ya que estas pueden aumentar la presión sobre las arterias, se elevan los niveles de glucosa en la sangre, colesterol, triglicéridos y ácido úrico, los cuales dificultan el flujo de sangre en el organismo.
Síntomas:
Las personas que padecen esta enfermedad, en la mayoría de los casos no presentan síntomas, es por ello que de igual manera a la hipertensión se le conoce como “asesino silencioso”, esto se deriva a su confusión con las múltiples enfermedades relacionadas. En ocasiones, como parte de los síntomas, se presenta:
- Dolores de cabeza intensos.
- Dificultades para respirar.
- Vértigo.
- Dolores en el pecho.
- Hemorragias nasales.
- Visión borrosa.
- Hinchazón en los tobillos.
Control:
Es necesario realizarse chequeos constantes para mantener un control, de igual manera se recomienda tener una dieta saludable, realizar ejercicio a medida de la prescripción de los médicos, limitar la cantidad de alcohol y mantener un peso estable.
En caso de suspender el tratamiento, la presión arterial puede llevar a muchas afecciones médicas, las cuales podrían desarrollarse en: enfermedades del corazón, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, problemas en los ojos, entre otros problemas de salud.
¿Necesitas saber más sobre cómo controlar la hipertensión? Contáctanos CITOYD Metabolic Clinic